Es indiscutible que jamás la podré olvidar, si tan solo me hubiese advertido de lo fatídico que resultaría todo para mi, no estaría ahora deshojando una margarita, cual adolescente ridículo y encaprichado por una noviecita. Era tan tibia como me imagine la primera vez que la vi, debía suponer que el universo conspiró, no podía ser tan tonto, me deje llevar por su estampa, por sus dulces ojos cafés, y su suave cabello movido por el viento aquella tarde bañada por el sol, que le daba un destello de luz, de ángel, de princesita atrapada en esas botas rojas, falda blanca y corpiño roja, debí suponer que algo extraño arribaba, pues le vi sonreír justo en mi dirección...por supuesto que deje pasar el saludo, era imposible que fuese para mi.
No puedo dejar de recordar, y justo ahora se dibuja una sonrisa en mi rostro, jajajaja realmente fue grandioso descubrir que era a mi a quien saludaba, disfrute todos y cada uno de los segundos de nuestra primera conversación, me preguntaba una dirección; en ese momento quería ser su objeto, sí, un mapa, un croquis, un GPS, un guía V.I.P exclusivo para ella. Le di todas las instrucciones, haciendo un gigantesco esfuerzo por que no me temblara la voz, por no bajar mi mirada a sus pechos, por no rascarme la nariz, y por no parecer bobalicón. Fueron los dos minutos trascendentales de mi vida, ahora lo se y no me arrepiento.
Gracias a ella, lo tengo todo, aunque lo obtuve pagando una cuota insólita, me ha transformado, me ha hecho abrir los ojos de forma distinta, agradecer al cielo cada rayito, cada color, cada partícula subatómica que me rodea, se ha llevado gran parte de mi, pero ahora no temo a nada. Solo la tuve una vez, y sé que quedó en mi por siempre; cierro mis ojos, y revivo cada caricia, cada susurro, cada uno de sus movimientos sobre mi, como si quisiera arrebatarme algo, ahora se que me dejó mucho más...
Para ella, pues no sé, para ella seré una simple sardina más en su mar continental, quisiera sentir que soy, bueno, que fui más allá que un preservativo mal abierto, sentir que fui más que un aventón a su casa luego de tres botellas de tequilas, sentir que fui más que una casualidad, un error, un plan B luego de ser embarcada por su cita.
Han pasado meses, años desde aquel día, aún intento convencerme cuando me miro al espejo, me repito que soy yo, otra vez, que soy el mismo muchacho de anteojos remendados y espalda encorvada, que he sobrevivido con su presencia en la sangre por casi una década; observo mis manos grises y verdosas, débiles iguales que mis piernas, las mismas que me han impedido levantarme desde hace ya tres semanas. Se que ya no queda mucho de mi, que ya no sirvo ni de repuesto, ni tampoco para ser objeto de pruebas para la ciencia. Solo me resta rezar, unir mis dedos bajar mis parpados y rogar por encontrarla una última vez, por toparme con sus cenizas en el infierno, porque muy probablemente allá nos encontraremos ambos luego de contagiar a centenas de personas; yo iré sin duda alguna, gracias a mi carrera despiadada por librarme, por compartir esta bizarra cadena fatal, quiero decir que para mi todo se trato de un despertar, dentro de un huracán y estuve en su centro, en su eje, soportando presiones y repartiendo latigazos.
Nota: puedo pedirles que me sugieran nombre para el cuento...gracias! y claro dejen sus comentarios XD
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