Un mundo en mi garganta, una argolla en el corazón, un bulto en el estómago, dedos de nieve, pérdido entre ron y soledad entre las calles de una ciudad desolada.El alcohol me embarullaba los gestos, habia pérdido la costumbre de empinar el codo.
Me deslicé por un pasillo como una sombra y entre en el baño, me despoje de la ropa, me mire en el espejo y me vi demacrado; me di una ducha y me coloque una camiseta.Camine hacia el despacho, entre en el y me acomode en el sofá, cogi mi papel y pluma y comence a escribir.No pude mas que escribir un par de horas por que mis ojos se cerraban.
Percibi que el viento habia cambiado, la noche galopaba , se iluminaba.Mi resaca iba desapareciendo a pequeños pasos.Encendí un pitillo espirando profundamente y de pronto empecé a recordar esa risa sonora en mi cabeza; no habia conocido a nadie que se riese de tal manera.Y ya estaba muerto.Empezaba a llover sobre mojado,Sacudí mi cabeza con fuerza un par de veces para intentar recuperar la cordura y volví al presente, aposentando los pies en el suelo.
Otros mundos, otros lugares, otros seres galopaban hacia mi.Han pasado muchos años, tantos para saber que me equivocaba, confundia la realidad con el deseo.En mi cabeza resonaba aquella frase "no seas, no te condenes a vivir en un cementerio de elefantes, la literatura es una batalla pérdida de antemano".
Pero ni eso me sirvió para recuperar la cordura, demasiado tarde, mis mecanismos de emergencia no funcionaban y mi paracaídas no se abrió; hace tiempo que me deje caer al vacío y me perdi entre el veneno de las tintas y las drogas de intentar plasmar los sentimientos propios o ajenos; perdida estoy en los submundos y sus laberintos.
Hace tiempo que deje de intentarlo y me pierdo cada dia en un nuevo laberinto del que a veces logró salir y muchas otras me pierdo en el.......... |