Corriste como un águila y yo me quedé en el suelo, supongo, corriendo también... pensando en nada, intentando no mirar al cielo. No te quise ver. ¡No te quise ni ver! ¡Ni verte ni nada!
Solo quería que te mantuvieses lejos, que desaparecieras de mi circulo y de mi espacio, y de mi tiempo también, y de mi todo. Que desapareciese tu olor de mis sábanas, de mi ropa, tu cara de mi cabeza, ¡todo fuera! Y te felicito cada día, porque fue lo que mejor te salió: largarte.
Me ocupaste muchísimo tiempo, no cabrá decir que TODO, demasiado espacio en mi espacio, agradecí que te largaras y no volvieses más.
Sigo teniendo espasmos de asco o de yo qué sé al ver tus fotos, que las encontré por casualidad, porque no quise conservar ni una sola foto de las tuyas. Todo a la mierda, tú, tus fotos, ya no quiero ni acordarme de tu voz, porque me daría hasta rabia!
Y podré mandarte lo más lejos de este universo de mierda todas las veces que yo quiera, y morirme del asco cuando te encuentre por fin por la calle, pero como soy un estúpido ser humano, ¿por qué tengo curiosidad en saber de ti? ¡Si yo creía que te odiaba, o algo parecido!
Será porque no te ví capaz de volar tan lejos... |