EL PARTIDO

No debe haber nada màs gratificante que ir a ver un partido de fùtbol con un hijo pequeño.
Ver su carita feliz, escuchando las explicaciones de su padre, al cual cree mas informado que èl,
gritar un gol, y abrazarse llenos de emociòn.
Por lo general, padre e hijo son hinchas del mismo club, y esto hace mas placentero el festejo.
Juan miraba de reojo a su hijo de 12 años, mientras èste estaba atento a las reacciones de su padre, para tratar de imitarlo.
Ambos querìan complacer al otro, y esto los unìa cada vez màs.
Llega el gol tan esperado, y se unen en un abrazo enternecedor, ya no existe el contorno, sòlo son ellos dos, en la uniòn del sentimiento mas profundo, el amor de un padre a su hijo.
A Juan nunca le gustò el fùtbol, pero considera este momento del partido como la màs grande oportunidad para abrazar a su hijo y decirle sin palabras: te quiero.