El antiguo dolor ha vuelto, desnudándome
el alma repleta de cristales opacos...,
se ha instalado sin llamar a mi puerta
y la centrifuga sin pronunciar disculpa alguna...
El alma se me derrama erosionando
lo que un día fue mi templo sagrado,
y la pena hace cola frente al gran teatro
en el que un día recibí los mejores aplausos...
Mis pulmones encharcados se llenan
de suspiros de impotencia
y el aire me trae un extraño dolor...,
que mientras me ahoga
me recuerda que sigo viva.
Mis ojos abstraen la belleza
suspendida entre escombros en llamas;
mil pinchazos acorralan mi alma
profundamente sorprendida...,
intensamente olvidada.
Y la vida sigue abriéndose paso
entre multitud de rostros inexpresivos...
Sólo dos almas me miraron
y sonrieron sin más...
Fue el mismo instante
en el que la magia renació
y creí de nuevo en mí...
El dolor puede ser tan bonito
que duela aún más,
y la belleza tanta, que dañe
los ojos con su luminosidad.
Al final, lo único que me pregunto:
"¿Es justo encontrar tanta belleza
diluída en el dolor...?"
Mi alma está desmontando mi universo...,
lo hace al compás de una melodía
que yo no escucho pero siento.
Y mi amor me espera,
en ese rincón del pequeño paraíso
en el que no se avergüenza de existir...,
en ese lugar resguardado donde lo abandoné
por miedo a no saber qué hacer con él.
Sólo sé que el cielo me sonríe
porque la verdad se ha instalado en mi vida,
y me envía dos ángeles
para luchar mi batalla...
Dos ángeles que han abrazado
mi alma deshecha, obligándola a existir
tal y como se encuentra...,
hecha mil pedazos...

(25/07/03)