En Memoria Amorosa a Felipe Soto, Maestro y Amigo…
Grises fueron las tormentosas lágrimas perpetuas
A ti mi amigo de sabia mirada rezo mi canto funesto.
Será tu voz inmortal en mis memorias honrada,
Será tu historia por el ruiseñor cantada.
Quedan tus risas en mis recuerdos grabadas
Cuál lluvia de hojas en un rojo y melancólico huerto.
No puede la muerte con su guadaña punzante
O con su bruno manto siquiera tocarte
Pues somos eternos los hombres de letras,
Al irse tu cuerpo dejaste tu espíritu viviendo en el viento.
(Inconcluso)
Texto agregado el 03-08-2010, y leído por 95
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
03-08-2010
Profundo y hermoso Réquiem
para un amigo maestro. Esos dos últimos versos toda una declaración de real esperanza.Hasta aquí Maravillosoooo!!! almalen2005
03-08-2010
no se si esta inconcluso pero se puede percibir tus sentimientos fabiandemaza
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