LA CHURRERÍA DE GRACI
Al borde del poeta “Ledesma” y la muralla,
Allá donde la calle San Pablo fenecía,
Para mi gusto y gana, ubicada se halla
Desde tiempos remotos, mi amada churrería…
Y allí, cada domingo, para la esposa mía,
Que, en caprichos y mimos, gustoso me avasalla,
Tras la copiosa ducha, que seca la toalla,
Pido sabrosos churros, que el aceite freía.
¡Con qué delicadeza, GRACI me los entrega,
Con qué placer y gula, los consume mi esposa!...
Yo reinicio, contento, la cuotidiana brega,
Y así, cada mañana, resulta más hermosa,
Y esperas el domingo, que nuevamente llega…
¡Y así, los contratiempos parecen otra cosa!
P.D.
Se entiende que “los tales”, paguélos cabalmente,
Pues, aunque la churrera me trate amablemente,
“Siempre, el burro en la linde”, como dice mi gente.
EMILIOSALAMANCA
2 de Agosto de 2010
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