El extraño poeta…

antes de salir a la calle de toda mi vida, me pongo a contemplarla, sentirla, vivirla... allí el vecino con su perro, la señora tosiendo si parar desde el fondo de su casa, los sonidos de los autos apurados y con sus luces desprendidas, el silencio de una noche sin retorno, en fin, una jauría de existencias, vivencias me rodean... me pongo un sobretodo y salgo, despacio, paso a paso, esperando que algo mágico acontezca. llego a la bodega de la esquina, su luz me cautiva como un polilla. saludo al dueño que es mi amigo desde siempre. pido una cerveza, le pago y me la tomo de un solo picotazo. salgo y me siento más contento, libre de hacer lo que me de la gana... llego a una casa donde tengo un buen amigo. toco su puerta y sale la esposa. la saludo, le sonrío, le pregunto por su marido. me contesta que no está, que ha salido a un trabajito... miente, pienso. lo siento, más aún, casi escucho el aliento de mi amigo escondido tras la puerta, como un cobarde a la vida... está bien, respondo y me doy la vuelta, rumbo a la nada, pensando en la frágil amistad... sigo mi camino hasta llegar a un parque sin nadie más que bancas sin gente, de colores muy gastados... me siento en una de ellas y siento que respiro un poema... es hermoso, siento... se lo leo a la noche, a las estrellas, a la gente que estuvo muy temprano. me alegra ser así, un loco de la noche... me levanto de la banca y camino, casi corro, directo a mi casa... llego, entro y me siento frente al escritorio. el papel en blanco está allí, el poema aún está latiendo... pongo una letra muy dulce, sangre de mi alma... de pronto, me detengo. leo el poema aún sin nacer y siento que estoy loco de amor... me río un momento, luego vuelvo a mirar la hoja empañada de una que otra letra, y, sin parar, me río el resto de la noche... mientras sigo leyendo los poemas que puedo respirar, y que una buena noche, germinarán... abortos de una estrella, de un poeta sin brillo...