Estaba en un día de esos donde te aburrís de "yirar" solo, cuando mi querida radio cantó un viaje a unas veinte cuadras. Uno es mejor que cero, pensé, y después de pelearlo un rato con vaya a saber cuántos más, me dijeron: "dirija 671 a ..............". Por fin, dije, maldije un poco y encaré para allá.
No había llegado a la primera esquina, cuando una señora me hace señas, justo ahora, pensé, y seguí. Cincuenta metros más adelante un señor y así, no menos de cinco potenciales pasajeros requerían mis servicios cuando había tomado el viaje de radio.
Y llegué a buscarla, señora anciana ella, que me esperaba en la puerta del edificio. Después del consabido saludo, me dijo: "Joven (es toda una adulación para mí....), sabrá disculpar lo corto del viaje, pero mis piernas .... Siguió toda una explicación médica, para mi viaje mínimo de cuatro pesos.
He aquí mi primera conclusión:
Apenas tomes un viaje de radio en un día pobre, aparecerán pasajeros por doquier, tu viaje será ínfimo, y si hubieras preguntado te habrías enterado que te perdiste un buen viaje a provincia.
Si el querido Sr. Block, autor de las Leyes de Murphy, hubiera pensado en los taxistas (que yo sepa, no lo hizo), esta sería una de las leyes que hubiera redactado con seguridad. Pero no lo hizo, no se acordó de nosotros, así que de algunas experiencias, pude extraer algunos interesantes corolarios, casi verdades absolutas, que vivimos cada día.
Si alguno no está de acuerdo, que lo diga en voz alta! (o lo escriba), pero, mientras tanto, y porque a nadie se le ocurrió todavía, enunciaré algunas de estas experiencias.
La Ley del Semáforo
Cuando circule por una calle y vea un pasajero cruzando en la calle, el semáforo tenderá al rojo en forma inmediata. Y cuando esté por cambiar al verde, por la transversal se acercará otro taxi al que el posible pasajero detendrá para tomarlo.
La Ley del Borracho
Si a la salida de algún boliche, sube a tu taxi alguien con alguna copa de más, pero lo suficientemente confiable para llevarlo, no ofrecerá problema alguno hasta dos cuadras antes del destino. Ahí pueden pasar dos cosas: que se duerma y no puedas despertarlo o que esté despierto, descomponiéndose súbitamente y dejando un regalo que nos arruinará la noche.
La Ley del Preguntón
Vas circulando, cansado de no levantar pasajeros, delante alguien parado y más allá otro, por fin un viaje, hasta otro para el que viene detrás mío. Me detengo en el primero de los "pasajeros", por supuesto, mientras el taxi que viene detrás mío pasa y se detiene en el que está más adelante. Mi "pasajero" se acerca y me pregunta, sabe donde para el 67?. Por supuesto le digo no tengo idea y arranco vacío de nuevo mientras veo que quien paró el otro taxi fue a buscar un par de valijas grandes para su viaje al aeropuerto, en tanto el otro tachero se sonríe, con ironía y razón.
La Ley del Ahorro
Acaba de subir un pasajero de esos que no les gusta decir adonde van, sino indicarte el recorrido. Hacés todo el camino sin saber donde termina, sin poder tomar otro viaje de la radio y seguramente por calles adoquinadas, llenas de pozos, con cunetas que te hacen frenar y pasarlas con sumo cuidado y algunas lomas de burro, de esas medio rotas que parecen hechas para destrozar las cubiertas al subirlas. Hasta que cuando te dicen frene aquí te das cuenta, viniste por ese perfecto recorrido, que resulta una cuadra más corto que la avenida con semáforos sincronizados que tenés a un par de cuadras, pero el pasajero se ahorró una cuadra, inteligente él, o no?
La Ley del Cambio chico
Viste que hay días que la gente paga con cambio y días que nadie tiene una moneda? Pero no te ha pasado que en esos días con cambio, juntas tanto billete chico que parece que no recaudaste nada? Entonces, que hacés, le hacés un favor al playero de la estación de servicio y le pagás con cambio, lo mismo hacés con el diarero, con el cafetero, y a pesar de ello, ves que todavía tenés bastante cambio. Al laburo de nuevo, primer viaje paga 2.40 con diez pesos, segundo paga 3.20 con diez pesos y así cuatro o cinco viajes que no suman casi nada pero te sacan todo el cambio que tenías, cuestión que tenés que bajar a comprarte algo en un quiosco para conseguir cambio.
La Ley del Tiempo
Acabás de tomar un viaje de radio y tenés que llegar en pocos minutos al destino. No estás muy lejos, sólo algo de tránsito, una cuadra algo lenta, otra más hasta que vaya a saber por qué motivo quedamos todos varados porque algún vivo se quedó cruzado en el medio de la calle por apurarse a pasar!! Un par de minutos pero me queda tiempo, doblo y los semáforos de Ecuador están calculados a propósito, te agarran todos, no podés zafar de ninguno, pero al fin estamos a dos cuadras de nuestro destino. Ningún cartel lo indica pero cuando voy a doblar me encuentro la calle cerrada por repavimentación, debo dar una vuelta de más o menos diez cuadras para llegar a mi destino. Y así los minutos pasan y pasan y por supuesto, llego tarde a mi viaje a pesar de tomarlo en quince minutos estando a siete cuadras.
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