mañana te encontré así:

acostado en la cama, donde suspiró su madre

piensa en el gran regreso del hombre que nunca se fue...

mientras el agua escurre entre tejas de la memoria

oye el diluvio de ahora que barre las ausencias...


ayer te lo diré así:

siempre amaste la lluvia con sus golpes sin condena

y el tejado de nubes que juega con las luces

sobre el policromático jardín que cultivaste...

ese silencio es querencia, personas y cosas que no vuelven jamás,

escurren sus esencias por las calles de piedra y el olor de la tierra vuelve a la vieja casa

¿dónde vive el recuerdo del niño que caminaba

libre, con pies descalzos

y en sueños visitaba

tierras lejanas sin fin?



Leila A.Schiele