Hoy me invadieron los aviones. El cielo que me vigila desde arriba me regaló un lienzo dibujado de deseos. Mis caminos se volvieron azules y tuvieron destinos finales. Los anhelos se convirtieron en dos cuerpos unidos formando uno solo, en una madrugada de clima perfecto. Fueron dos bocas y cuatro labios. Muchas palabras y más sentimientos. Dos silencios de ojos cerrados y narices protagonistas, que dijeron mucho en idiomas de mismas sintonías sin hacer ruido.



Hoy me invadieron los aviones, y el arte se volvió mi armadura. Mi puente de uniones y encuentros. Mi este y mi oeste. Las latitudes coincidiendo. La miel derramándose delicadamente por las figuras y mis flores invadiendo espacios infinitos.



Hoy me invadieron los aviones. Todas las melodías interpretadas en un mismo instante, siempre precisas, siempre inoportunas. Etiquetas desvaneciéndose en el viento. Se permitieron libertades, metáforas y corazones danzando valses sin compases. La paz y la pasión en delicada armonía.



Hoy me invadieron los aviones de norte a sur, surcando mis cielos, acariciando mis nubes y haciendo posibles las imposibilidades. Convirtiendo lo absurdo. Dibujando sonrisas y regalando suspiros y explicaciones a destiempo.