MIERCOLES 28, julio 2010

Todo quieto, apacible. He decidido hoy mirar a través de la oscuridad. Unas velas parpadean inquietas pero no logran que desvíe mi interés por las sombras. Es raro. Mirar a través de la oscuridad es como respirar en medio del océano, a lo profundo. No hay luz, no hay vista. No hay aire, no hay vida. Pero sigo insistiendo.

En la penumbra
una vieja campana
rompe el silencio

Todo se aclara. Distingo cada cosa; las flores eternamente vivas en el florero de barro, el perfecto hilo de humo que deja el sahumerio de sándalo en el aire, la imagen del Buda sonriente. La oscuridad se va alejando lentamente y la luz va iluminando poco a poco mis pensamientos.

Otra vez pude verme en medio de la nada y abrí los ojos.

"El sol siempre destella una última vez,
antes de que empiece la noche"

KYOSHI