La puerta extinguió el sonido de las olas. Puro, puro silencio.
Corrí las cortinas; tarde nublada y seca.
Apoyé la pequeña maleta de cuero azul sobre una silla Biedermeir de nogal claro y raso verde.
Desconecté el celular y la sensación de mutismo se volvió más fuerte.
Del picaporte de la puerta quedó colgando el simpático cartelito de “No molestar”.
Me quite la ropa y los zapatos. Llamé a tu casa una vez más… la última… nada; decidí tomar el Valium.
En plena desnudez y sobre la cama fui cerrando con una alegre banda elástica de color rojo la bolsa plástica reciclable alrededor de mi cuello. Se veía borroso. La goma me provocó cosquillas en la garganta.
Apagué la luz.
Texto agregado el 27-07-2010, y leído por 227
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Lectores Opinan
30-01-2013
Cautivante relato, los detalles los devoré y son una delucua, un buen trabajo,m bien. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero_41
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