Adormecido en los nacientes fiordos
Que una vez instalaron espacios
Se abrieron los nudos ahogados
Para desatar colores extensos
De girándulas fulgurantes

Sin querer atravesé cierto velo
Sin saber expuesto entre ventanas y soplos vencedores
Iba yo diciendo en los finales
Palabras muertas en latidos subterráneos

El frío me selló en la víspera moribunda
Y entre costras de hielo puntiagudo
Se rasgaron mis manos en la imposible melodía

Mar revuelto que agitas rabias mal contenidas
Que vomitas espumas sucias y espesas
Arrebata el gélido orgullo a estas rocas enterradas
Para sobrellevar este invierno interminable

Me aguardan nuevos soles del verano
Mientras abrocho de un tiraje
A la niebla semietérea
Enrollado en espiras matinales
El sutil aliento de de los días empavonados

Arena quemada, viento salado
Que siento de reojo
Descansando, deseando, mirando
El imperturbable oleaje tibio
Del asomo del verano
Heme aquí de nuevo, viejo sol
Con los pies fríos y mi mente entre hogueras.