Desde pequeña fuí rebelde, algunos me decían "rebelde sin causa", no me tragaba mucho lo discursos, ni las religiones, ni el qué dirán y etc. Sin embargo, estando inserta en esta sociedad muchas veces no nos queda otra que "asumir"...Pero algo muy dentro mío me inquietaba.
Siempre ví el sol más grande de lo que parece, a la luna la ví muchas veces guiñandome un ojo. El amor lo sentí como una gran oleada y me conmovía con lo más pequeño, ahi aparecían mis ganas de gritar al viento aquellas emociones y sentimientos que llevo arraigado en mi corazón.
Tuve muchos libros de vida, anotaba todo hasta lo más insignifcante. Creía en el amor universal, en la justicia social y como la vida es como una madeja que se va desenredando, terminé trabajando en una Institución social.
Atrevida, sin miedo, probando todo aquello que me pudiera servir para entender el sentido de la vida, cuál en definitva era mi rol en esta humanidad...
Pololié, me casé y separé, me volví a emparejar, tuve hijos en étapa jóven y madura, he corrido por las calles para saltar de felicidad o poder cumplir con los trabajos encomendados.
Pero nunca termina la posibilidad de hacer y sentir cosas nuevas.
He visto como mi rostro ha ido cambiando y aunque lo observo detenidamente, este no tiene que ver con lo que siente mi alma y mi energía vital, es curioso, nuestro cuerpo envejece y es como si no nos perteneciera, claro la máquina del cuerpo va marcando etapas hasta cuando decide silenciarse y es ahora como entiendo que, aunque las personas se mueran, el alma y la energía sigue viviendo mucho más tiempo en este espacio vital.
Tengo mucho que hacer aún, ver a mis hijos crecer, desarrollarse, formar una familia, realizar alguna actividad que los apasione. También me queda por subirme al transantiago y no pagar, tocar el timbre de alguna puerta y arrancar como en los años mozos...decirle a todos aquellos que por distintos motivos no he podido, lo cuanto que lo quise, lo quiero y los seguiré queriendo.
Escribir, bien o mal, pero seguir haciendolo, lo necesito...
No quiero que me llegue la muerte sin antes gritar en el desierto, ir a un desnudo público, faltar sin licencia al trabajo, creerme la protagonista de la historia de mi propia telenovela.
La vida parece ser compleja, pero al final es más simple de lo que pareciera, porque todo llega al final a una sola cosa y que es comprender que sin obstáculos jamás podríamos crecer...
Sólo me quedan las ganas de apagar la luz de aquel espejo que muestra una realidad que no es...¿Qué es la juventud o la madurez sino están los ingredientes necesarios para tener un resultado exítoso.
Cómo quisiera conducir a un grupo humano en las grandes alamedas, gritando, saltando, llorando, riendo, apropiandose del mundo, beneficiandose de lo bueno que existe y mandar a la mierda lo que es desechable y que nos trae infelicidad.
Para tí, para mí, el mejor consejo es que una vez que mañana despiertes, seas verdaderamente tu, olvídate de las viejas creencias, de aquello que te oprime, toma el mundo en tus manos y alimentáte de la amistad y la creenciia que el ser humano es lo más importante junto a la verdadera convicción que en tu interior, existe un guía que te estará dando masajitos para que seas feliz y estés relajado.
Un abrazo a todos mis amigos (as) |