Sabes que mientras veía la hora, esperando por tí, en aquellas calles donde venden flores algo hace que tu aroma parta y se genere de allí. Son solo flores que alguna vez estuvieron en el bosque, en cualquier jardín embadurnado de aromas deliciosos. Te esperé no sabes cuanto!!! Eres de esas damas que causan ardor en el estomago cuando no llegas a la hora convenida. Mientras espero no hago sino sentir tus labios impregnados de miel avinagrada, ahora cuando el recuerdo de tu aliento aún atrapa el desespero de extender mis manos sediciosas buscando en tu espalda curvas que nos lleven a grutas ancestrales.

Tal vez no estés de acuerdo que mire a otras mujeres, ellas también pasan por mi lado pescando el aire que sale de ojos huidizos, entonces cuando los celos sean rezarcidos en tus notas personales, te darás cuenta que esa fiesta que insistes planificar para un fin de semana tardío puede ser un toque de locura.
Reviso entonces tus letras escritas tan de prisa que pareciera que no tienes nada que expresar, ahora entiendo el instinto de sentir que la piel se ha crispado y ni el frío la detiene. Para estar contigo hasta mis ancestros desearían ver tus bailes, sentir el compás de caderas que atragantan el silbido quedo de deseos reprimidos. La brisa venida de colinas lejanas no detuvo el rumor del desconcierto.