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Cuantas veces más voy a gritar que los extraño
cuantas veces más los veré sonreír desde mi ventana
se los ve pequeñitos como niños
abrigados
mi ventana da a una pared que da una calle que no veo nunca ...
cuelga en la mitad una máscara de soldar
tallo el tronco de mi único sueño por cumplir en una isla devastada
mi ventana da a una pared que da una calle que no veo nunca ...
se los ve pequeñitos , abrigados.
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Texto agregado el 23-07-2010, y leído por 232
visitantes.
(2 votos)
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Lectores Opinan |
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19-09-2010 |
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"mi ventana da a una pared que da una calle que no veo nunca ...
cuelga en la mitad una máscara de soldar". Las razones de la poesía y también las razones del que la escribe, son siempre muy intrínsecas. Tanto, que al final de cuentas, siempre, el poema termina siendo lo que el lector quiere o puede ver en él. Aquí, este juego reiterado de palabras que conducen a una imagen bien lograda, me remiten a la carcelaria estadía ciudadana que tantas personas reproducen (reproducimos) a diario. Hay ventana, pero fuera de ella, hay una pared. La ventana, entonces, pasa a ser un castigo. Una broma. Y detrás de esa pared, la máscara de soldar que cuelga en mitad de una calle que tampoco vemos. Da la sensación de que, esa máscara, al colgar, ha sido abandonada por alguien. Ya no hay siquiera soldaduras tras el encierro. Si no hay soldaduras, ya no hay unión. Bah, es lo que yo he pensando. Me gustó este. DiegoRomero |
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23-07-2010 |
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Un juego de palabras que conuce al lector por ese mundo que se perfila a través de una ventana que semeja el alma y deja ver ese tono de tristeza que cuelga por allí como una máscara. .. Hermoso. EStrellas vienen volando. FaTaMoRgAnA |
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