tenía tanta sed que... fui en busca de dios o de algo hermoso... no sé cuántas vida pasé, pero siempre seguí buscando... recuerdo sueños pasados, los días y noches inciertas, las tardes atadas en manos de un amor golondrino, los ojos de un hermano triste y enfermo, las manos abiertas de un amigo sin nombre... en fin, siempre seguí buscando, vida tras vida hasta el día en que vi la luz de un día verdadero, el brillo de una noche alegre, los ojos más dulces de una madre, las manos abiertas del amor mas simple, el canto de un ángel escondido, el aire más fresco sobando mis pulmones, el aliento más simple entre mi carne y mi alma, los pasos suaves del dios más hermoso... frente a frente estuve a la humilde verdad, del fondo de mi alma brotó un grito: perdón... tan solo esas fueran mis palabras... aquella verdad estaba en todos lados, y no lo sabía hasta mi última vida, en que todo empieza de nuevo... las aguas de la vida volvieron a saciarme, los sueños volvieron a cruzarse a cada existencia y de todos los labios de seres humanos, nacieron poemas, simples cantos, perfumados de alientos benditos...