Puedo ver el dolor que escapa de tu cuerpo, agotado de reflejar la nada, el vacío de tus ojos estáticos, por evitar mirar sin ver a quienes te rodean, puedo ver la sangre, que escapa por las noches hasta mi puerta cerrada.
Yo, voy caminando, siempre mirando para abajo, por si la causalidad, me hace tropezar con tus huellas.
A veces me distraigo, y creo ver tu silueta dibujada, detrás de algún árbol seco.
Sin embargo, la hora de la melancolía pasó, y cruzo ávidamente el sonido de las moscas que, solían recostarse en mi piel acribillada, los agujeros, cicatrizaron lento, la culpa, tejió ramilletes de jazmines, en defensa propia.
Hoy, el lluvioso escenario, herencia de antepasados incompletos, dio paso a la calma,
calladamente los recuerdos, me dictan una ternura difícil de explicar con el más sublime verso, pero las llagas, están cubiertas, hay un bosque detrás de las cortinas cerradas, el miedo, que condenaba mi carne, pudo saltar desde su abismo, y así, voy cambiando el negro por el rosa.

-Y es que solo fue una mentira, ese cielo incierto en tus ojos-

Por eso, me deleito, escupiendo el embrujo que colgaba de mi costado, como un infierno eterno.
Algunas madrugadas, el pasado gotea sobre mi espalda, cuando el viento sopla en mi memoria, y el impulso de la pluma, me obliga a dibujar letras sobre un papel en blanco, pero ya no danzo entre el gris y el blanco, sé que el blanco es lo correcto, mis ojos ciegos de inocencia, mi boca muda, puede gritar en la pureza de mi realidad.
Antes, bebíamos en copas prohibidas, nos masticábamos en un colchón áspero, cada caricia era, una falsa repetición de lo inconcluso.

-Triste es, cuando el amor se distorsiona-

Hoy, puedo pasear desnuda por los jardines del edén, flotar en las certezas, abrazarme a este espacio de luz, ya no brindo con vinos agrios, hoy la copa no me corta los labios. Será mío este presente azul, este cielo sin nubes.

Hoy, al igual que Narciso, puedo reflejarme en el río y verme hermosa.
Nadie me empujará, para dejarme prisionera, del otro lado del espejo.

Nikita