Nunca quise, ser parte, dE TU VIDA.
Nunca me incluí, en fotografía de tu familia.
Nunca te desee como mujer.
Perdóname, observe, en tus pupilas la soledad.
Jamás hubo, un quizás, o un de pronto.
Solo fue la química del momento, en mi noche
Te llame musa, entre mis delirios, entre el fuego
De mi locura, mi espíritu, te expreso lo más puro de mi…
Y la soledad, nos acompañaba, vuestras lagrimas, se expresaban en silencio
Mi sombra elevaba mil oraciones, las entregaba al firmamento, para hacer eterno
En momento, para hacerte acompañar tu alma, triste, melancólica, desterrada.
Nunca pretendí, ser parte de tu carne.
Pero estaba ahí, y mis alas de cartón se posaban de bajo de ti
Para protegerte, aunque el cielo, cometas, luciérnagas, ebrias
Se aferraban, a la luna, cuando tus labios, dormían, y me decían
Adiós…
Y aun sigue el poeta, jugando con sus letras, descubre que su alma
Muere, reencarna en el sueño, cuando el tiempo, le repite tu nombre
En inmensidad del océano, que nunca fue parte, nunca lo será.
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