volvió de un día de trabajo
para contar con las uvas azules
y en la mesa una vela prendia el fuego
para traer una parte que a veces dormía
y la tarde empezó a cambiar el amarillo por el dorado
entre las fotos y las cosas en el cajón de la mesa
alguien lo esperó para una taza de te
mientras el mundo corria por un precipicio
ellos dos tenian las manos agarradas
porque sabian que no estaban solos
las manos tan agarradas de también mirar el mundo
y no comprender
Texto agregado el 19-07-2010, y leído por 89
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Lectores Opinan
19-07-2010
bellas imagenes llegan a mi mente al leerte! me gusta!! angeline
19-07-2010
Tus versos pintan el cuadro. Y yo aquí sentado mirándolo...
Conmueve. Faluu
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