…Y yo que creía que bajo los rayos
del sol primoroso, el mundo era bueno,
y yo que pensaba que sobre los suelos
aunque tú te fueras crecerían las rosas,
encuentro que el aire de mis mariposas
se tornó sombrío, sin risas mi alero.
Y yo que soñaba llenarte las manos,
el pecho y los ojos sólo con mis besos,
miro en esta ausencia que no bastan rezos
para que regreses junto a mis hermanos.
¿Dónde estás ahora?...sé que te marchaste.
Aún sobre el pasto doblo mis rodillas,
aún te sollozan mis juegos de niña,
aún por las noches pienso que llegaste.
Si existe ese cielo de mis esperanzas
donde mora El Padre, dile cuanto te amo
madre de mi alma, dile que te llamo
en las madrugadas, cuando el alba danza.
Dile que esta casa se antoja vacía,
que me siento sola, dile que te extraño,
dile que el entorno se me ha vuelto huraño,
que le dé consuelo a la angustia mía.
Que vuelva esa brisa en el horizonte,
bajo el firmamento, sobre la sabana,
como amplio pañuelo de sedoso corte
…y borre este llanto que está en mis mañanas.
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