llueve, hace frio y para el colmo este día toca revisión, me he torcido un tobillo, tengo la espalda malamente, y tengo un resfriado de cojones. El hospital esta repleto de gente, huele a enfermo, agua oxigenada, suelo fisiologico y lejia. Me siento en una de esas incomodas sillas de espera, de esas que te dejan el culo duro como una roca. Oigo susurros de gente chismorreando, a mi lado, hay un hombre que esta totalmente escualido, su ojo derecho parece que va a caerse y tiembla como gelatina, aunque claro, aqui puedes encontrarte de todo. vaya, ahora acaba de entrar mi antigua vecina, aquella que no se cayaba ni de bajo del agua, cojea, revisa los asientos arrugando su chata nariz y su mirada desgraciadamente sortea la mia. Refunfuño en mi interior cuando veo como sus ojitos achinados brillan con deleite, se relame los labios y se sienta pesadamente a mi lado.
- ¡cucha!, pero si esta aqui la niña que yo mas quiero- me dice alzando la voz con jubilo, la gente que hay se nos queda mirando con extrañeza, y para colmo me coge de los mofletes y me los menea. En ese momento pienso una cosa, que venga pronto la enfermera y me haga la puñetera revisión o que la tierra se abra en este momento para dejarme escapar de las garras de esta vieja hiena.
- hola señora Maria, ¿ que tal?
- ¡ay hija mia!, estos dolores, que harta estoy ya, entre que tengo las patas hinchadas que parecen balones y entre las puñeteras pérdidas de orina, no duermo bien por las noches, oigo la cama de los vecinos chirriar siempre a las tres de la mañana, ¿ tu que crees que será eso?, le pregunto a mi vecina de abajo pero ella siempre se rie.
pobre mujer, como se nota que aun vive en los años de cachapum.
-No lo se señora Maria, quizás tengan la cama rota- me aguanto para no soltar una risotada en medio de esta incipida sala.
- ¿ Como esta tu familia? ay hija, el otro dia vi a tu madre, ¡ que bien vestida iba la mujer! ¡ pero si parece más joven que tú!, bueno, será que tu padre la hace sentirse joven cada dia.
-Si, Maria, puede ser.
- Y tu hermana estaba guapisima, ¿ sabes si tiene novio?, aunque no me gusta como viste, esos pantalones anchos que se le arrastran y ese ombligo enseñado al aire, no esta bien visto ¿ eh? deberias decirle algo.
- Si, ya.
- Oye, ¿ y tu? ¿ tienes novio?
Ya estamos con la dichosa pregunta de siempre.
- No, aun no, ni quiero.
_ ¿ Pero porqué?, pues vaya, con lo bonica que eres, ¿ya deberias eh? se te puede pasar el arroz.
Decido morderme la lengua, para mi gran suerte, aparece la enfermera, grita mi nombre y me levanto de un salto, dejando a la vieja chismosa con los ojos desconcertados, le sonrio y la miro por encima del hombro.
- Adios señora maria, me alegro que esté bien, por cierto, ese sonido chirriante de las tres de la mañana son sus queridos vecinos haciendo lo que usted deberia ya saber, ¡ah!, y si no tengo novio es porque aun soy joven, en cuanto a lo de mi hermana, eso no me corresponde a mi. Que tenga un buen dia, y suerte con sus queridas pérdidas de orina.
Ella se queda perpleja y yo disfruto de ese rostro mientras camino orgullosa a mi por fin esperanzada revision. |