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Me sacaron de la celda a empujones, ataron mis manos y me vendaron los ojos, sin hacer caso a mis suplicas y reclamos. Fui obligado a entrar a ese lugar donde me dejaron solo sentado en una silla, por varios minutos, yo estaba aterrado ante lo que me podría ocurrir, pero sabía que por mi bien era mejor mantener la tranquilidad y ser valiente.
Mientras trataba de calmarme, pude escuchar las voces de dos personas que entraron a la habitación. Uno de ellos acercó su boca a mi cara y con su inmundo aliento a licor y tabaco, me dijo, susurrante:
- Ya nos tienes cansados con esa mierda de que no sabes nada y de que eres inocente, así que esta es tu última oportunidad para hablar por las buenas ¡Entendiste concha tu madre!
¡Soy inocente! ¡No sé nada! Por favor, por amor a Dios no me hagan nada - dije con la voz más suplicante que pude.
Me callaron con una bofetada.
Lo siguiente fue el tormento más atroz que se puedan imaginar, me golpearon en todas las partes del cuerpo, mi rostro fue metido a una cubeta de agua con sal, sentí impactos eléctricos por los dedos, torcieron mis brazos, incluso ese maldito quemó mi mano con su cigarrillo. Todo ello mientras repetían sin cesar:
- ¡Habla mierda!
- ¡Confiesa hijo de puta!
- ¡Confiesa!

Yo respondía siempre igual, y con menos fuerza cada vez, soy inocente, soy inocente... Perdía la conciencia por algunos minutos y cuando despertaba continuaban con el castigo.

Al final y cansados de torturarme escuche comentar a uno de los agentes:
- ¿Crees que sepa algo?
- No, no lo creo ya hubiera hablado.

Fui desatado, me sacaron la venda de los ojos, me dieron ropa seca y una frazada; mientras el mismo tipo que me interrogara con tanta insistencia mirándome condescendientemente dijo:
- Bueno, hijo esperemos que no te enfermes. Ya sabes aquí no pasó nada.
Al salir de ese cuarto, casi a rastras, apoyándome en las paredes, me crucé con el otro muchacho que estaba conmigo en la celda y que igual que a mí lo habían vendado y atado. Que lástima el sí era inocente.

Texto agregado el 02-07-2004, y leído por 305 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
06-08-2005 Es un relato crudo de la realidad de muchos lugares. Faltan algunos detalles pero te felicito por la forma de concluirlo, creo que al empezarlo a leer no imaginaba un final tan sarcástico. liescha
08-12-2004 Muy bueno companiero, ese final es el cigarrillo que te apagaron en la mano. rropesky
05-08-2004 Muchas veces las suplicas sirven de poco (o nada)..Otras muchas tampoco...Con la tortura se consigue mucho menos quizas.Y es algo horrible.El final es totalmente inesperado, ank da a entender que insitiendo con mucha determinacion en una idea ella llega a parecer cierta(ank no lo sea).Muy bien descrito. kayla
22-07-2004 La tortura es algo horrible, nos pegó firme a nosotros poco tiempo atrás, lo peor de todo, ahora sabemos que quien ideó la tortura, además en un viejo ladrón. Todavía hay gente en Chile que defiende a Pinochet, viejo mil culiado... Tu cuento me reafirma mis ideales. El remate, sobervio... Adrian_Leiva_C
06-07-2004 muy bueno, que mas puedo decir ante lo evidente logan20
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