Eres entre las bellas la más bella y eres como la diosa más divina; eres como la luz que difumina en el cielo la más radiante estrella. Tienes la suavidad de la catleya al frescor de la fuente cristalina y el dombo celestial de mi Argentina en tu pupila azul trazó su huella. Tienes en el vaivén de tus caderas toda la placidez de las pamperas corrientes que alborotan tus cabellos. Y en su color de trigos y de oro acarician mis dedos el tesoro de sus rubios visajes y destellos.
Texto agregado el 15-07-2010, y leído por 230 visitantes. (3 votos)