Me gusta tomar café mirándote a los ojos porque endulzas el amargor de mis absurdos sollozos. Me agrada paladearlo con el sonido de tu palabra porque se rompen los silencios de una poesía callada. Me complace humeante si te acaricio la mano porque danza la vida que me hace ser humano. Me encanta bien denso cuando veo tu sonrisa porque le pones luz a la oscuridad más cerrada. Y al despertar el sueño cuando cae la tarde, si te tengo abrazada, me gusta tomar café. Joan © Bosch 14/07/10
Texto agregado el 14-07-2010, y leído por 133 visitantes. (2 votos)