Importancia

Recuerdo muchas historias no solamente provenientes de la boca de mi abuela sino también de los trabajadores y de mucha gente, que tratan sobre cosas que no son explicables con el sentido común, de todas formas yo no presté mucha atención a aquellas historias y he olvidado bastantes, la existencia es algo que no se puede explicar con sentido común, no sabemos de dónde venimos y menos hacia a donde vamos por lo que ya parezco viejo y no me sorprenden muchas cosas. De mi inocencia aún conservo aquel sentimiento que te dice que el mundo es muy extraño, que se vale todo.

Naturalmente me contaron historias sobre las brujas, los duendes, el silvorcito, la llorona, el jinete sin cabeza, que el abuelo de los Pallares hizo un pacto con el diablo para que le diera riqueza, que si esperas a media noche sobre una tela roja bajo un árbol seco que está cerca al río saldrá un toro de la nada, que deberás torear y si lo matas escupirá una flor que te dará prosperidad si la plantas en tu casa, entre varias otras. Las palabras de la vieja bruja me preocupaban mucho y la verdad dormí muy poco a pesar de que eso de que debía estar preparado para mañana, me indicaba que debía descansar mucho, además ya me está dando un ataque de nervios. Me provocaba ir al cuarto de Rafael y hablar con él aún más, pero lo que más me llamara la atención es que él fuera como yo.

Cuando desperté encontré una nota de Rafael en la que me pedía que nos encontráramos en el parque principal de la ciudad a las diez de la mañana. Eran las ocho y el tranvía pasaría en poco tiempo así que me alisté con toda la prisa que pude y logré agarrarlo justo a tiempo. El tranvía conecta la ciudad con varios pueblos aledaños, dicen que si la ciudad sigue creciendo como ahora en pocas décadas absorberá a los pueblos. En el camino hay varias casitas, fincas y haciendas, una me llamó particularmente la atención pero no entendía por qué. Poco a poco las casas ya eran más frecuentes y llegamos hasta una colina que permitía ver toda la ciudad por unos segundos. Miré el reloj y me di cuenta de que llegaría a las diez en punto a la plaza central, así que mientras tanto me distraje en mis pensamientos y preocupaciones, además de admirar las construcciones de la ciudad y ver a las personas que estaban dentro del vagón y me preguntaba sobre sus vidas y las razones que tenían para tomar el tranvía.

Mientras que pensaba, un pajarito se posó sobre el marco de la ventana de mi asiento. Lo miré hacia los ojos y el extendió un ala hacia mí. Apenas podía creer eso. Hizo una mueca como si quisiera que yo lo tomara del ala. Hice caso y tan pronto toqué su ala inmediatamente las plumas fueron convirtiéndose en papel. El pajarito se volvió una figura de papel bastante realista. Apenas podía creer eso. Sostuve la figurita en mis dos manos y noté que el tranvía iba disminuyendo la velocidad. Ya casi llegábamos. Como las calles están llenas de peatones, el tranvía debe ir más despacio. Me emocionaba ver los edificios, algunos construyéndose y otros en remodelación. El centro de la ciudad se veía tan emocionante. Dejamos atrás una hilera de edificios que se convirtió en una hilera de árboles, y salimos a la gran plaza del parque principal. Una persona timbró para que el tranvía hiciera parada. Me paré y con cuidado sostuve el pajarito de papel en una mano.

Cuando toqué el piso sentí que el pajarito de papel volvía a cambiar de forma, y se convirtió en un pajarito de verdad, como era antes de que lo tocara. Se mantuvo en la palma de mi mano, así que seguí sosteniéndolo, pero ahora con más cuidado.

Mi andar es ligeramente más rápido que el de las demás personas, sobre todo cuando voy caminando solo. Adelante había una mujer de mi estatura con un enorme sombrero, cuando le pasé por al lado, me habló. Y reconocí la voz de la vieja bruja.

-Que no se note que tienes ahora más cuidado con el pajarito, antes de que se volviera a transformar.
-¿Cómo…?
-Es un dilema muy común de los seres humanos, cuidar lo material, o lo que está vivo.
-Todas las personas tienen puntos de vista distintos y se ven en situaciones distintas, no puedes esperar que todos valoren un pájaro de papel o un pájaro de verdad de la misma manera
-Me desespera esa inteligencia tuya… Tan joven… Imagino que tus compañeros en el colegio suelen decirte pedante a tus espaldas
-No hablo mucho en el colegio, de hecho me tienen como un antisocial
-Y tras de eso un afortunado. ¡Maldito sea Rafael por traerme trabajos tan fáciles!
-¿Me pueden decir cuál es el interés de ustedes cuatro en mí?
-Yo no te puedo responder eso. Pregúntale a Rafael.

Y los tres que sobraban estaban sentados en una banca. Eran Rosa, Linda y Rafael.

-Niño- dijo la bruja – He de llevarte lejos, a lo insospechado, a lo irracional, a lo de arriba y a lo de abajo, a lo bueno y a lo malo. Deberías sentirte afortunado.
-Aún no entiendo el interés de ustedes cuatro.
-¡Jajaja! ¡Hablan rimado!- gritó Linda con una sonrisa casi contagiosa.
-¡Niña deja ya el humor que esto es serio!- dijo la bruja – En cuanto a ti pequeño, la fortuna te ha tocado desde tu nacimiento y espera seguir a tu lado hasta la tumba.
-Sobre todo, en la finca el ganado está casi muerto y no hemos tenido cosecha en años
-Deja de ser tan perfeccionista, aún te falta recorrido.