Seré yo el fanático? Me siento hastiado de tanto fanatismo antiperonista, antikirchnerista, anticristinista, antimaradoniano, anti selección argentina, anti ley de medios, anti matrimonio igualitario independiente del sexo, anti posible adopción por parte de homosexuales, anti, anti, anti….
Es que nadie puede proponer algo original, nadie puede aceptar la diversidad, nadie puede tener amplio criterio. Dudo si estamos en 1955, en el siglo XV o en 1976. La Iglesia católica apostólica romana, olvidada ya de las Guerras Santas, de la Inquisición, de la Conquista de América, de las confesiones a los represores del proceso en la capilla Stella Maris, queriendo obligar a la sociedad civil a actuar bajo sus preceptos, renegando de principios también propios como igualdad y justicia (o no lo son?).
La oligarquía conservadora afectada en más íntimos sentimientos, sintiéndose atacada por la horda gay. Uno de sus representantes me dijo: “Qué pasaría si mandamos los 10.000 putos (sic) a una isla y los dejamos ahí. Ni siquiera pueden procrearse..”. Dijo orgullosamente ser padre de ocho hijos. Imaginemos –ley de probabilidades mediante- que uno de ellos sea gay (puede ser, o no?), lo crucificaría, lo tiraría a los leones, lo dejaría de ver de por vida?. A quién hará responsable (porque seguro lo encontrará) de la desviación enfermiza de su hijo?
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