Carta a un amor platónico

Nunca te he deseado con lujuria, pero si te he deseado, no continuamente, si no esporádicamente, pero últimamente te he deseado más que nunca, tal vez porque nos estamos contactando más seguido.

Recuerdo aquel día en que te vi, que estabas en la esquina del chevigay con tus amigos y yo estaba al otro lado frente al café junto con mi novio de aquella época y sus amigos. Yo ya le estaba cogiendo fastidio a mi novio y cuando te vi me dije "semejante manjar al frente y yo con esta mierda al lado..."

Y por alguna razón me agregaste a facebook. Nunca fuiste de esos que agregara gente porque sí, pero me pareció bastante raro. Te tuve por un tiempo pero te acabé por eliminar. Hasta que una tarde con mi mejor amigo, nos pasábamos fotos de facebook de niños simpáticos y se me ocurrió pasarle la tuya. Dudé dos veces, pero igual, él haría maravillas con esa información. Es chistoso lo que habría de pasar después. Mi amigo me regañó por haberte eliminado "como pudiste haber borrado semejante papasito" y te agregó al tiempo que yo te agregué. Nos aceptaste a los dos, pero solo aceptaste hablarme a mí, cuando te puse conversación. Y en una noche te averigüé la vida. Y no nos volvimos a hablar dentro de algo de tiempo.

Siempre me ponías a mí la conversación, las pocas veces que hemos hablado. Y siempre me salías con ¿y tú quien eres? no te culpo, yo soy igual de odioso. Además, por algo los dos estamos cada uno en sus respectivas posiciones.

No lo sabes, pero estuviste el día de mi cumpleaños. Llegaste con unas locas que le caían mal a un amigo mío y luego de un tiempo saliste. Nos viste a todos, tal vez me viste a mí. Yo te vi y quise que vinieras a ver que pasaba con ese montón de gays y lesbianas cortando rebanadas de un postre.

Luego volví a levantar novio, otro incompetente. Y creí que si me cuadraba un universitario la cosa se solucionaría, pero en cambio solo me di cuenta de que gente imbécil hay en todos los estratos y en todos los círculos. Y preciso apareciste cuando le empecé a coger fastidio a ese tipo. Pero sabes, a él le conté lo del "semejante manjar al frente y yo con esta mierda al lado". Él siempre creyó que yo a veces hablaba con indirectas. Me habría gustado que él hubiese interpretado ese comentario como una indirecta. Hasta me dio rabia que él dijera "qué pasiva" al referirse a tí.

Te vi cambiadito. Estás vestido un poco más llamativo y te pusiste un piercing en la boca. Mal, mal. Me desagradan los piercings allí. Te olvidé por un tiempo. Le corté al pendejo aquel. Y al poco tiempo volviste a mi vida.

Volviste con un hola quien eres. Tan odioso tú. Te devolví el saludo con la misma tónica. Y hablamos de cosas muy bacanas. Guardo en mi corazón ese comentario con el que me echaste los perros. Ojalá pudiera traerte a Valledupar. Pero mis padres tienen un maricómetro mejor que el mío y me regañarían por estarme amigando a maricas (ignorando la naturaleza de su querido hijo...)

Me pregunto como nos iría juntos, de novios... De amigos hemos funcionado muy bien hasta ahora. Para mí eres muy lindo y te confieso que en cuanto al físico eres perfecto para mí. Además haz mostrado rasgos de personalidad que me inquietan mucho, que muestran que eres una fiera, que eres tenaz, un luchador... Ese es el que quiero yo, no maricas que se creen bien machitos cuando son bien locas y que se viven quejando de que la vida es injusta con ellos. Incompetentes.

Varios amigos míos te conocen, y eso me agrada, que tengamos amigos en común. Sabes, cuando me cuadré al tipo que te dijo pasiva (¿Por que no te lo dijo en la cara? JA... Y cuando peleábamos él me decía que yo por qué rajaba de él con mis amigos... Todo lo malo que veía en él se lo dije y él bobo ese no fue un santo apuesto que cuando terminamos habló cuanta peste pudo con la loca de su vecina) y comencé a ver la clase de malparido que me cuadré, me propuse que mi próximo novio, si no eras tú, sería alguien como tú.