un bandido y malandrín mico, encaramado en un arbusto, a una lora reposada en su sombra, le dio tremendo susto
- tengan cuidado, un pavoroso gato con hambre, ronda este lugar -, reía y gritaba el mico mientras la lora descansaba
no había acabado el mico de hablar, cuando la lora se echó a volar
y cuando en la copa del árbol mas alto estaba, al mico le contestaba :
- es usted un mentiroso, no veo ningún gato venga en acoso –
no había acabado de contestar la lora, cuando al frente de las narices del mico apareció un león a un instante de comérselo
- disculpe lo interrumpo, buenas tardes señor león, pido a usted por mi amigo el mico una oportunidad para él, por favor no vaya usted a comérselo
y usted amigo mico se me parece al pastor mentiroso, prometa mentiras nunca mas decir, que eso no es nada gracioso – imploró la lora al león y al mico regañó
el león, amigo de vieja data de la lora, tal vez por su perorata, tuvo compasión y el mico aprendió muy bien la lección
“ decir mentiras no es nada gracioso, además de vergonzoso, puede ser peligroso “
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