El beso que guardé para él

Cuantas veces siendo niños
cuantas sinceramente no lo sé;
pero si que en muchas de ellas,
en mis sueños tiernamente te besé,
entre risas y de tus ojos pícaros guiños
la dulzura de tus labios yo probé.

En mi vida época hermosa fue aquella,
pues por primera vez de ti me enamoré,
con el tiempo fui creciendo cual doncella
y la pureza de mi alma te entregué.

Como temprano amanecer, llegó mi adolescencia
y descubrí que con tu cuerpo y tus labios ya no soñaba
porque a cada instante, muerta de ganas e impaciencia
sentir tus besos, tus manos y tu cuerpo yo anhelaba.

Por mis aires de grandeza y no decirte lo que sentía
una mañana triste y fría te vi partir
prometí conteniendo mis lágrimas que por ti esperaría,
y sin el beso que tanto quería me sentí morir.

El tiempo pasó y con los años me hice mujer;
pero en mis labios había un beso guardado para él,
aquél que tanto esperé y pronto volvería a ver,
entregaría sin dudas mi beso, a cambio recibiría el de él.

De pronto aquel día hermoso había llegado
y cautivada por el beso de sus dulces labios me quedé,
ausente de este mundo, me quedé a su lado,
y a ese que mi corazón de niña había robado,
con mi beso amor eterno yo juré.