-Suélteme.
-¿Qué?
-¿Señorita?
-Farkas....señorita Farkas....
-Pues claro...¿ me suelta por favor señorita Farkas?
-Ehmmmm, no puedo ¿sabe?
-Si no me suelta vamos a caer los dos. Piense en esto como su último acto de bondad señorita Farkas. Tengo hijos que me esperan.
-A mi también me esperan en casa. Tengo un gato y un cacto, además ¿Quién pagará las cuentas de mi departamento si no vuelvo?
- Alguien notará de que usted no está, la echarán en falta, derribarán la puerta, alimentaran a su gato y salvaran al cacto. No le puedo asegurar que paguen sus cuentas, porque usted sabe, la gente no es lo que solía ser.
- ¡¡No!! No quiero morir con deudas. Oh Dios, ¿Cree usted que me eche alguien en falta? Realmente no converso con mis vecinos, ni siquera sé sus nombres. Es probable que solo crean que por fin me fui, o que me recluí en mi departamento como una ermitaña loca y agorafóbica. No puedo soltarlo señor, trate de comprender.¡Sólo tengo 28 años!
-Está rasguñandome los dedos Señorita Farkas. Así está mejor, gracias. Que bonitas uñas tiene.
-Son falsas...yo...yo las hago.
-Muy bonitas en verdad. Es usted una señorita muy bonita. ¿Su nombre de pila? Si no le molesta claro...
-Inima, me llamo Inima. Mi abuela dijo que significaba alma, o corazón, no recuerdo.
-Bonito en verdad. Una persona con un nombre así debe tener un gran corazón, debe merecer ser recordada.
-¿De verdad? ¿Me recordaría usted?
- Si me suelta, pues claro.
Al final lo solté. Era un hombre amable y la verdad ni siquiera estábamos tan alto. No me dolió tanto la caída, pues ni siquiera tuve tiempo para sentirla. Era un hombre amable de verdad, y tenía hijos que le esperaban.
Pensé en ello como mi último acto de bondad para con el mundo, o bueno en este caso, el primero.
pd: La llave de mi departamento está en el macetero rosa con la planta seca |