Déjame recorrer el laberinto
de tu ser interior acongojado
y ser el pasajero de tu almohada
el oculto placer de lo robado.
Ser el labriego que te da cobijo
un abrazo sincero, una llamada
un descanso y el pan de cada día
cuando llegas al fin de la jornada
Déjame que yo cure tus heridas
tu cuerpo tibio en cenizas pardas
cual un leño que ha ardido
mansamente calentando en silencio
tu mirada
Texto agregado el 08-07-2010, y leído por 130
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
10-07-2010
Dulcemente escrito este poema mis5* y besitos
NILDA yo_nilda
08-07-2010
eyy santita una belleza de texto!! mis***** nanajua