El exobiólogo se arrastraba hacia el módulo de exploración en un esfuerzo titánico. Su dañado dermotraje ya no podía reparar las heridas por lo que le quedaba muy poco tiempo. Tenía que conseguirlo aunque fuera lo último que hiciera…

48 horas antes, el 19 de Junio de 3010, estaban en órbita alrededor del planeta SEP/RC-26. Los miembros de la tripulación eran: el mayor Tom Fulk, el teniente James ‘Chip’ Baker, el piloto Peter Stipe y Walter Finch, científico. En una exploración preliminar el mayor y el teniente había considerado el planeta como de riesgo nulo. La especie más avanzada la describieron como vacas con jorobas. Haciendo un chiste las habían bautizado como Chipyfulkanos.

Ahora que por fin había podido descender con ellos el exobiólogo examinaba un grupo de cerca. La cabeza era grande en proporción al cuerpo que estaba cubierto por un brillante pelaje azul. Poseían unas patas robustas, dos protuberancias en la parte superior y no tenían cola. Observando sus movimientos acompasados se dio cuenta de que aquello era un baile con el cual parecían comunicarse. Ahí había algo de inteligencia donde esas cabezas cuadradas militares sólo veían vacas. Debía hablar con ellos cuanto antes.

- Seguramente estaban en algún ritual de apareamiento, profesor. Siga con las instrucciones, despliegue las cápsulas y volvamos a la nave.

- Pero mayor ¿cómo puede ser tan obtuso? Las nanobioformas liberarán oxígeno durante años para terraformar el planeta. El oxígeno es veneno para ellos. ¡Morirán todos!

- ¡Ja! – rió burlonamente el teniente – sí que le preocupan a usted unas estúpidas vacas.

Walter sintió una repentina furia nacer en su interior. Esos imbéciles querían exterminar una raza entera, hermosa, inteligente. No lo permitiría. Se abalanzó sobre el teniente y le quitó el arma. Con una pasmosa tranquilidad le disparó a bocajarro. Chip Baker cayó al suelo con el rictus de sorpresa en su rostro. El científico se giró con rapidez pero el mayor ya había sacado su arma y dispararon los dos al unísono. Todo se oscureció de repente para Walter.

Cuando recuperó la consciencia notó un sabor metálico en la boca. Se incorporó como pudo entre los cuerpos inertes de sus compañeros. Era increíble que hubiese sobrevivido pero aun así sabía que tenía pocas probabilidades. Y debía hacer algo antes…

Llegó al módulo de exploración y entró a trompicones. Envío como pudo un mensaje a la nave para que se retransmitiera a la Tierra: planeta inservible. Luego marcó el código de autodestrucción. No sintió ningún tipo de remordimientos por el piloto, realmente ya no sentía nada. Volvió a salir del módulo y cayó sobre la hierba azul. Se quedó mirando al cielo de tres lunas hasta que dejó de respirar.

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- Yrez informando. La última criatura invasora ha dejado de funcionar. Ahora controlamos al piloto que ya está descendiendo con la nave. Gracias a sus conocimientos avanzaremos siglos en nuestra tecnología. Considerando la debilidad mental de sus habitantes, llegado el momento, el riesgo de conquista de su planeta origen será nulo…


Participante en el Reto 7 Prosa 2010