Beso cada día una foto que ya no entiendo
mi lengua recorre ávida la tinta venenosa de tu cara
venenosa no,
tóxica tampoco,
Shift F7
letal, nociva, dañina, infecta, menos
nunca sirve para nada
Miro la colección de notas
rótulos, marcas
caretas
Solo tu foto
blanqueada por el sol.
Nada más

A través de la ventana
un taxi tiembla bajo la garúa
Un pato brillante de cabeza amarilla
acomodando un pasajero
bajo sus alas negras
No, no va, una mierda.

Las ocho
me tengo que ir.
Guardo mis papeles
y desnudo al perchero cornudo.

En el rincón
me despide
un estornudo de llaves
un murmullo
lápices afilados
como la punta de un ojo
Puede ser, seguí
La hilera de botones
manchada de óxido:
origami de ocres sangrados
No, un asco, soy un pelotudo.

En el espejo del ascensor
luzco un pucho
detrás de cada oreja
sostengo bajo el mentón
la billetera y el celular
mientras intento escribir esto
en el reverso de tu foto
De improviso frena en el quinto
y se rompe mi delicado equilibrio.

La del quinto C abre con cara de susto
No tengas miedo, no
me pelé por mi trabajo
Sonrío, no entiende
pone más cara de susto.

El 132 esta lleno pero encuentro un asiento
En el limpiaparabrisas quedó
enganchada el ala de un pájaro
sangre lavada por la lluvia
Tacho y miro tu foto.
Tus tetas magnolias
al sol de mármol de una playa desierta.
Al sacarte esa foto era totalmente feliz
Feliz, ¿feliz cómo?
Feliz, como no puedo escribirlo
El pendejo del asiento de al lado
relojea tu foto y se da dos apretujones
en la bragueta.
Escucho el timbre y quisiera imaginarte
bajando en calle España
como una dríade
musa de los árboles
subiendo las ramas muñones
de los eucaliptos de la plaza Pringles.
pero ya no te veo
más que acá
desnuda y tachoneada
en 13 por 16

Bajo en Mitre
y ya no puedo ser un Ovidio
en el exilio, escribiendo Tristia
Te dejo caer a la vereda
junto a un paquete de lukys
Quien te levante
deslumbrado por el brillo oscuro
de tus piernas entreabiertas
no va a poder entender
lo inefable
lo perdido,
lo enterrado bajo la arena
en aquel verano.