llegué a la puerta de mi casa. dudé en entrar. temía la soledad... de pronto, una mano tocó mi espalda... volteé y vi a una persona de rostro familiar, de edad avanzada, de ojos profundos y cálidos, esbozando una sonrisa... no salió palabra alguna de mí. el hombre pasó delante de mí y abrió la puerta de mi casa, invitándome a que entrara... entré como un niño. noté que la casa estaba llena de algo que no podía ver, pero sin sentir... paseamos por todos lados de la casa, el hombre mayor delante de mí, guiándome por la misma casa donde yo viviera desde que nací... de pronto abrió una puerta y vi mi nacimiento... allí mi madre con una tía y la partera... mi padre escondido tras la puerta... me acerqué para verme un poco pero al instante la mano del hombre mayor me llevo a otro lado... pude ver cuando yo miraba por la rendija de la puerta los cuerpos desnudos de mis padres, haciendo el amor... me dio vergüenza, o algo por el estilo... seguí caminando y pude ver el rostro de mis hermanos, cada uno de ellos en lugares y momentos especiales... vi a mis perros, a mis abuelos, a mis tías, a mis sobrinos, a mis amigos y enemigos... ya en la salida de mi casa pude verme yo, parado en la puerta, sin saber si entrar o salir... fue confrontante al escuchar al anciano preguntarme si iba a entrar o a salir.... le dije que entraría. entré y allí estaba toda mi casa, llena de tantos recuerdos, llena de imágenes imborrables, volteé a ver al anciano y pude ver mi sombra, pegada a mi existencia... ¿quién eres?, le pregunté. tan solo escuché risas por todos lados, sabía que no estaba tan solo... cerré la puerta y busqué un poco de comida...