Tus ojos tan distintos pero carentes de ensueños o de milagros compartidos y sin embargo, necesarios. Tus labios, tan deseados, por ser como lo son, sexuales y golosos pero ya sin corazón. Tus manos como seda de finas extensiones. Aún siendo tan frías provocan emociones. Te deleitas con ellas cuando las ves y las detectas. Pero ya dejó la vida en tí, sólo letras muertas. Oscar Néstor.
Texto agregado el 03-07-2010, y leído por 230 visitantes. (3 votos)