Paseas como el fantasma loco de una vieja canción,
salpicas las horas en que las fisuras danzan
albergando nostalgia de otros tiempos,
interrogas mis letras absurdamente,
que en desorden fatal se esconden en la penumbra
de un abrazo inventado ayer.
Puedo sentir tu nariz olfateando
la fragilidad de mi piel.
Nuestros pasos se aniquilaron mutuamente
y nada subsiste en las guerras sucias.
Sin embargo, no hay una pizca de rencor
en estas venas…
Texto agregado el 03-07-2010, y leído por 211
visitantes. (6 votos)