Segunda parte
A penas entre sueños, las campanas de una iglesia próxima a su oficina, la despertó. Son las ocho y sin mirar el reloj advirtió lo tarde que era para ella, desperezándose corrió rápidamente a darse una ducha y ponerse algo que encontraría en su closet. Volvió a escuchar el mensaje de Margot donde la estaban aguardando, esta vez hacia Deutschland (Germany/Alemania) país que para sus oídos tenia mucha historia, y manjares donde se destacaba, un postre riquísimo que le habían comentado y el cual probó en un trasbordo de un viaje. Viaje al pasar, el postre Filsen. Gustó mucho cuando ella lo probó, a base de pasas de uva, banana y manzana. Mientras ya se encontraba en el AEROPUERTO DÜSSELDORF. Al bajar del avión donde ella había experimentado en sus vuelos esos pozos de aire que usualmente suele haber y observaba como los pasajeros le temían. Ella escondía la mitad de su rostro entre su libreta y detrás de esta sonreía. Repetía el postre que iba a pedir y al cual se le hacia agua la boca, su estomago no dejaba de sonar, tenia hambre y además cada caso le abría el apetito aun mas. Se introdujo en el taxi que la llevaría hacia el Hotel BSCROWT y lo primero sería sentarse para comer. De pronto cuando iba a probar ese manjar alguien detuvo su mano. Levanto su vista de asombro, al escuchar que una mujer le dijo:
-¡NO COMA ESO!
La detective no entendía el por qué (su cerebro conjuntamente con su voz dijo simultáneamente: -¡No puede ser!, ¿ya está envenenado?) y arrojando el Filsen en el plato, la voz de la mujer la acompañó al cuarto, donde ella se hospedaría: Habitación 11.
Los equipajes todavía no habían llegado y el bocado Filsen seguro que se lo habían llevado. Lentamente cerró la puerta de la habitación y estrepitosamente se arrojó en el hombro de ella, quebrándose en un llanto in entendible y tapándose la boca por temor a que la escuchasen decir el nombre del Cochero.

Esta novela es para adolescentes no para niños pequeños.