Un centavo en la mano del niño
mensajero de la cuadra,
la carta que sangra mis razones
llora, camina; con pasitos desgastados
y yo aquí,
mirando la espera impaciente de la respuesta añorada
no llega, no llega
¡No llega nunca!
Y repito una a una las palabras
y reescribo brevemente lo antes dicho,
poco a poco las voces se desgastan
y yo me voy quedando más vacio.
Antonio Carrillo Cerda
Colección: Peces de sangre
Poema: II
Texto agregado el 03-07-2010, y leído por 122
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
03-07-2010
Poema algo raro, pero bueno. Saludos te invito a pasar por mis cuentos lincolnast
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