Muchos son los dones que poseo, demasiados quizás. y mucho es lo que aún falta, demasiado quizás. En ocasiones me olvidé del mundo, demasiadas veces. Mas cuando recordé bastó el canto. Nunca fue entonces demasiado. Ahora que estoy con el verso amigo tengo ardor de sed todos los días en multitud de silencios sin algarabías con imposibles a la espera de milagros. En esas encrucijadas estoy todavía y emprendo con dureza la salida Aguardo entonces que el invierno no se parezca demasiado a la agonía. Como poeta logro aseverar que en mi poesía existen ángeles. Ellos vienen a engendrar un mundo de satisfacciones y alegría. Oscar Néstor.
Texto agregado el 03-07-2010, y leído por 231 visitantes. (8 votos)