A pocas horas del amanecer


Empino a fondo el tequila, tomo una y otra y otra copa... “que no se detengan” grito. Daban las 2 am en el reloj.
Mientras gastaba su noche ahogando sus lágrimas en un mar de licor barato y barata pasión.
Mas sus penas seguían ahí sentadas en sus piernas, seduciéndolo con sus caderas bebiendo y llorando con él.
“Andrea” dijo su nombre tomando la próxima copa a beber “Andrea” como el estribillo de una canción grabada en su mente.
“¿qué me paso?” se pregunto a si mismo mientras veía las lagrimas caer sobre sus mejillas “me enamore”.
A pesar de todas las advertencias, contra todas las predicciones…olvidando la inocencia, y esperando explicaciones… “me enamore.”
“Prometí no jugar con mi corazón otra vez, exponerlo a las balas burlonas en los ojos de esa mujer”…“fui un tonto lo sé, fui un tonto por amarla como yo la ame”
Recordaba la alcoba vacía, la falta de aroma, su cuerpo ausente y el, insistente, buscaba su voz.
Y entre las cuatro paredes del cuarto, en una nota olvidada, encontró su adiós.
El recuerdo soltó una lagrima mas “¡cantinero, otro tequila por favor!”.
“te lo dije” repetía esa voz insistente en su cabeza, y no sabía si era el arrepentimiento de su conciencia necia, o la melancolía que se burlaba morbosamente de su corazón destrozado.
“No lo niego…lo sabía, lo veía en su mirar, ella me dejaría.”
Lo alimentaba poco a poco y de mentiras y aunque sabían a plástico, las trago todas creyendo patéticamente que lo quería, empalagado de un amor imaginario.







“Si bien decía mi padre que el hombre que no tiene suerte en el amor, no sabe la suerte que tiene”
4 Am “vamos a cerrar” dijo el cantinero “olvide sus penas en otro lugar”.

Salió de la mano de una mujer dispuesta a escuchar en ropa interior. No recuerda surostro, ni si era hermosa, o frágil o profunda…no era Andrea, entonces, era un error.
“Mas fuese quien fuese no la culpo por ser ese error ¡quien esté libre de pecado tire la primera piedra! Pues tener la conciencia limpia solo es síntoma de mala memoria”
Y así como ella de él, de Andrea el fue su error.
“busque el cielo en la tierra y mis ojos te encontraron a ti” la advertencia constante del que busca el amor corre el riesgo de encontrarlo y está destinado a perderlo.
“fui un loco por amarla, sabiendo que el amor es una utopía irónica, una felicidad irónicamente basada en un sufrimiento mayor…pero loco e idiota no niego que una o mil veces fingiendo nunca haber sido herido tratare de encontrar el amor”.
“mas ahora te pienso, con otra en mis piernas y sus besos intentan borrar tu sabor”
“y aunque intento no lo entiendo y no te saco de mi mente convencido de borrarte cuando no puedo tenerte…y mi amor no lo puede grabar mas fijamente a mi memoria como intenso deseo de olvidarte”.
5 am. Cansada y sin sonrisas la mujer tomo su ropa de entre sus piernas. Salió del cuarto de aquel motel barato también…olvido su propina, olvido que ahí seguía…cansada de ser llamada Andrea, cansado de que no fuera quien él quería.


Fin




Stephania Ortiz de Castro y Romero