LA CORAL SALMANTINA EN LA PEÑA DE FRANCIA
Como broche final a su importante actividad durante el presente curso,
la Coral Salmantina organizó, en el día de ayer, último domingo de Junio,
una visita-peregrinación al Santuario de la Virgen de la Peña de Francia,
en plena sierra salmantina.
Este destacado grupo musical, armonizó la Misa mayor, de las doce de la mañana. Brillante y devota interpretación ante la numerosa asistencia de fieles,
culminada con un himno polifónico a la Virgen morena de la alta cumbre:
“La madre de la gracia y mi tesoro—En la Peña de Francia, tiene su trono.
En las culpas y penas – de mi pobre alma
La Virgen de la Peña – es mi esperanza”
En el tiempo previo a la celebración eucarística, en una de las dependencias
del Santuario, me llamó la atención la letra de un pasodoble, fijado en la pared
y cuya autoría corresponde a dos frailes dominicos de otros tiempos. En él se recuerda la novillada que, en el año 1952, tuvo lugar aquí arriba, en ruedo habilitado a tal efecto y con la intervención de los espadas Domingo Ortega, Parrita, Dámaso Gómez y Antoñete, festejo que se orgánizó para solemnizar la intronización canónica de la imagen de la Virgen. No me resisto a ofrecerles el pasodoble completo:
1.- En el campo salmantino – Tierra torera y bravía,
Reinas tú, Madre de Dios – Morena de serranía.
Sobre mi capote grana - Siento tu luz, que me guía
Y entre la cruz de mi estoque - Tu mano sobre la mía.
2.- En las tardes de corrida - Sobre el fuego de la arena,
Brota tu gracia de espuma - Que remata mi faena.
Encina que me da sombra - Brisa que mi frente seca
Agua que besa mis labios - Mi virgencita morena.
Virgen de Peña de Francia,
Morena de sol y viento,
Yo te ofrezco el clavel rojo
De mi capote entreabierto.
Cuida tú, madre, mi vida
Cuando la juego en el ruedo,
Virgen de Peña de Francia,
Morena de sol y viento…
Después de la misa y, hasta la hora del yantar, recorrido a algunos típicos pueblos
serranos del contorno. Día de grata hermandad y convivencia, rematada con la visita a San Martín del Castañar.
. Y en su iglesia, el sacristán, que lleva ya casi setenta años
en el cargo, explicó, con detalle, la armoniosa conjunción de estilos, que integran
la fábrica de este templo, limpio en extremo y con una restauración que maravilla,
llevada a cabo, de manera desinteresada, por los propios vecinos. Destacable es, también, el recibimiento que nos dispensaron allí, dos hijos predilectos del pueblo:
Fernando Peña, famoso tamborilero, y su esposa Chani. Atenciones sin cuento y puesta a nuestra disposición, de su bodega, bien surtida, sabrosas cerezas, recien cogidas, y un exquisito jamón serrano. Al caer de la tarde, y en paraje próximo al pueblo de El Cabaco, plácida merienda, intercalada con la interpretación, en polifonía, de algunas canciones populares, que hicieron las delicias de numerosos comensales, no coralistas y que en tales momentos, coincidieron en el merendero municipal. Y ya, bajo las sombras de la noche, arribada a Salamanca, sin novedad
y tras un día de excursión casi perfecto. Si hasta el tiempo, libre todo el día de tormentas y aguaceros, quiso sumarse al luminoso cierre de curso de la Coral
Salmantina.
EMILIO CORONA GARCIA
Junio 2010
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