Amanece, el rojizo cielo se cnfunde con el verde mar, las estrellas, escondidas tras el clarear de la aurora, dicen adios, la luna, en su esplendor, da paso a su hermano sol, para que alimente la esperanza de los corazones solitarios. La arena, fina y brillante, roza mis pies, hundidos en ella con un destino incierto, acercándome a la orilla del mar, quisiera refrescar mis cansados pasos, la tristeza de mi ser mojar en la espuma de las olas que llegan con esa vitalidad que deseara yo para mi alma.

Cierro los ojos, veo los tuyos, quisiera tenerte a mi lado, que me puieras guiar en mi amanecer, en mi corazón estravido, en este miedo que inunda mi ser, ya sabes cual. No se si serás un espejismo, o quizá un nuevo sueño, huir o atraerte a mí, quizá la primera opción, las prisas me hacen caer, quiero volar, mas no se bien porqué. Quizá el pasado muestra en tí un presente que no deseo, quizá sea que no quiero volver a caer en las redes de no se sabe bien lo que es.

Gotas de lluvia comienzan a caer, mi pelo, mi piel, mi ser se humedece, empañado por lágrimas de un adios prematuro, de un no saber porqué estás. Quizá mi cobardía pueda a todo, es posible que tú no quieras ver mi desesperanza, que no veamos la luz desde el mismo prisma. Suena un trueno, un rayo descargado en la ahora marejada bravía, me estremezco, y vuelvo a recordar tu sonrisa aún desconocida.

No sabes donde fui, que ha sido de mí. Un día desaparecí, para no volver. No hubo adios, no quise dar explicación, solo auqellas palabras en las que dije que mi vida era un ir sin vivir, por el temor a no saber decidir. Amar, querer, sentir, verbos que no entran en mi meta, en el sendero de mi vida. Quise mostrarte mi herido corazón, aunque solo viste el daño que pude hacer, no viste las marcas de quien un día amó, y quiso conocer la verdadera esencia de tus labios, de tu risa, de tu alegría.

Lluvia que corroe mi cuerpo, sol enterrado en negras nubes, mar bravío que ataca la orilla como si fuera vendaval vengativo enrentado a la calma de un amanecer que anhelaba cercano. Oscuridad en tan temprana hora, como en mi edad solitaria donde no tiene cabida la esperanza de volver a amar, tenebrosos momentos como es mi vida sin sentimientos.

Quiero buscarte, como lloro este amanecer muerto por la repentina aparación de esa tormenta que tanto se asemeja a mi vida, a mi día a día. Quiero zurcar la bahía en un velero llamado esperanza, con verde velamen y casco de dureza extrema, sin poder zozobrar ante la avalancha de olas que matan mi ilusión.

Hoy te digo adios sin alabras, pues mi vida discurre por el camino de la cobardía, de la incipiente impaciencia, mas no quiero entender el mañana, puesquizá no lo viva, es el hoy el que quiero concoer, aun sin tí en él.

Una última llamada, pues no quiero verte partir, el mar me aclama, zurcar los 7 mares debo, en tu compañía quisiera, enterrado el miedo en esta orilla de un mar que fue enfurecido por una tormenta en su aurora. Hoy es el día, pues el mañana se muestra lejano, viviendo cada segundo, sin desonfiar en nada, pues si Don temor se apodera de mi alma, seré viajero solitario sin retorno.

Parto con mi velero en este amanecer, sin destno claro, esperandoque cojas mi mano y me acompañes en esta travesía hacia la aventura de la esperanza, ¿Vendrás?.