Dos vibraciones de un viento furioso azotaron tus mejillas, me gusta la agresividad con la que miras a dos estrellas pérdidas en dos nubes rojizas que también ocultaron la esencia del cielo, esta era del velo envuelta en hielo nos roba el tiempo en la urbe que absorbe cualquier cosa que estorbe involucrando al poeta, al feo y al que escupe su propio brandi. En la ventana con marihuana y opio, en la calle con el papel que responde y en el lapicero todos mis sentimientos se esconden con el caminar de mis secretos, hable dos segundos de ti, la huida, dos besos, dos caricias y seguí mi camino como si nada hubiera pasado. Recuerdos compartidos, somos bandidos exiliados y perdidos, ungidos por demonios juguetones que inhalan nuestros deseos reprimidos, el norte brinda el rayo que cae mil veces en el mismo lado, en las mismas pieles fugases, en los mismos nómadas que caminaron con santos, brujos, duendes y hadas. En los mismos cuentos que contaron mi historia fugitiva y tu narración reclusa, letras inmigrantes que rasgaron tu vestido, letras idénticas a tu sombra que liberaron a la noche, mira nuevamente mientras descansas que se postra en los sueños un par de espaldas que conocen esos corazones cerrados es solo dos ocasiones que se confunden con versos y canciones, es normal que tos gigantes viajen por la luz porque por la luna se pierden y detrás de los libros solo estamos los dos.
(ARMANDO LEGARDA VIVAS) 29/06/10
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