Vino en caja, vino sin ánimo, vino en un vaso desechable, vino con angustia, vino con dolor y ahora ya nadie bebe. Quién quiso venir a beber vino de una caja, quien vino sin ánimo, quien fue el que vino con ese vaso desechable pero ese maldito que hoy vino quiero que se vaya. Gracias al que vino con ese vino ancestral que nos brindo una nueva locura, hoy es hora del brindis sacrificado pues la poesía el cielo a rayado con delirio, el mundo a callado con el frio y el vino calienta mi epitafio. Con desgracia, orgullo y rabia cometí el rito, el delito de frustrar a la imaginación, con sigilo el hombre busca en cumbres y en todas partes las señales de las artes. La verdad me aterroriza, las mentiras me hipnotizan mientras la poesía mi pecho acaricia, el vino quería escribir un cuento, con mis manos sonreía pero a pleno medio día llovía y el papel se empapaba gota a gota y la tinta recorría mi alma rota. El vino combino el cuento y la poesía, el vino en mis neuronas vivía y ahora no queda más que callar y embriagarse

(ARMANDO LEGARDA VIVAS) 29/06/10