Estaba yo trabajando, con mis primos y hermanos.
mis tios también presentes, mis sobrinos y hasta nietos,
agregando y ensanchando. nuestra morada en el campo.
Nuestra familia es muy grande y sobretodo unida,
pero nuevos chicos vienen y quedamos apretados.
Necesitamos alcobas y engrandecer la despensa.
Nuestra casa es muy hermosa, entre bosques y cañadas,
el río nos queda cerca, hay matorrales y flores.
Con energía y entusiasmo, cada quien cooperaba.
¡De pronto se escuchan ruidos y se sienten vibraciones!
Temblaba toda la casa y los chicos asustados
llorando hacia sus madres, mas que corriendo: volaban.
-!Terremoto!- se gritaba, mas no paraba ¡Seguía!
Pandemonio en general, tenia yo que investigar.
Busqué en el derredor y luego por los cimientos.
Mi sorpresa fué absoluta, éso yo no lo esperaba:
No muy lejos de la casa, descubrí feo esperpemto,
armado de horribles dientes, que de acero parecían.
¡Ya tenía que hacer algo y debía de hacerlo pronto!
Estudié la situación y opté por atacar el costado,
directamente en el rostro, lo único que estab expuesto
de su protegido cuerpo. Contestó el ataque aquel ente
lanzando alaridos de ira y tratando de aplastarme,
mas colosal como era, lenta y torpemente actuaba.
Decidí que lo mejor, seria un ataque frontal hacer.
Calculé bien la distancia y embestí directamente
en el area prominete de la horripilante cara.
Se acobardó la criatura. Cayéndose y vociferando
dejó el campo de batalla. Quedeme yo observando
por si el monstruo retornaba. No regresó ese dia.
A la mañana siguiente, y escondido entre las hojas
vi que el monstruo regresaba y lo pude estudiar
¡Que aspecto escalofriante! Tenía un probócide rosado
cual tapir avergonzado, ojillos rojos y acuosos,
pero para mi alivio, no enseñaba dentadura alguna.
No volvió a causar angustia. ni hubo más terremotos.
Después de batallar me acuerdo, de palabras que emitía
con su antiestética voz claramente iba gritando:
-¡Tráeme hielo, mujer, que en la punta de la nariz
y tambiéen en la mejilla, me picó maldita abeja,
no habia visto arriba, en el árbol la comena!
Y desconecta la sierra, ya no cortaré la rama,-
(Esto occurrió hace dos días, la hinchazón me va bajando
ya respiro algo mejor, me lloran menos los ojos)
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