Muchas veces, uno no sabe apreciar la primera vez de la cosas. Se le da excesiva importancia (y me acuso a mi mismo de hacerlo también) de priorizar la primera vez de ciertas cosas. Primer gran amor, la primera novia, el primer polvo. Sin embargo, ahora mismo siento que hay primeras veces para muchísimas cosas. Tan tontas algunas que ni siquiera nos paramos a mirarlas. Pero yo, ahora mismo, estoy haciendo algo por primera vez. Hoy es la primera vez que cojo un ordenador a las 6.32 de la mañana, y me pongo a escribir lo que pasa por mi cabeza. Y me encanta, me encanta esta primera vez.

Es cierto, que como dijo alguien, a partir de las 2 de la mañana, no ocurre nada bueno. Supongo que ocurren grandes cosas. Yo he llorado después de las dos de la mañana, he reído hasta cansarme, he amado a partir de las dos de la mañana y probablemente, algunos de los mejores momentos de mi vida, ocurrieron a partir de esa hora. Sin embargo, y desde hace algún tiempo, llega esa hora y todo cambia.

Lo admito, esta noche me han rechazado. Estoy solo en casa, disfrutando de mis pensamientos, y todo lo que pueda pasar por mi cabeza cambia, porque hoy, me han rechazado. Y admitámoslo, hoy solamente no. Hoy me han rechazado, y hace un par de días también lo han hecho. Supongo que lo único que se le viene a la cabeza a uno, es que ella se lo pierde, que simplemente sería una zorra, que si no quiere peor para ella. Y es lo único que debe pasar por la cabeza. Pero muchas cosas cambian, y aun creyendo en todos esos pensamientos, otros mucho más profundos atormentan mi cerebro.

¿Y esto por qué? Qué más da. Buscando la máxima felicidad, a diario nos planteamos que esta felicidad depende de nosotros mismos, que la felicidad se la provoca uno a sí mismo, y no lo que otros puedan hacer por él. Pero fuera de esos tópicos, tengo que admitir que cada cosa que ocurre, que pasa en nuestra vida y que cambia los pensamientos de una noche, provoca que nuestra felicidad dependa de muchas cosas.

SONRIE. Total, que más te queda. Una cara triste, o una cara sonriente. Y cuando montas en un autobús y ves los rostros de la gente que se sienta a tu alrededor, ves a diario rostros con comisuras de labios que en vez de ondularse hacia arriba, lo hacen hacia abajo. Qué pena que esto ocurra, porque lo único que se te viene a la mente es que esas personas, no han sabido ser felices, o no lo han podido ser, y por eso en sus caras, el gesto que ha quedado marcado con los años, no es el de una vida feliz y alegre.

SONRIE. Total que vas a perder. Probablemente tu vida sea desgraciada, y no ocurra todo lo que tú sueñas. Los sueños, sueños son. Y a veces se hacen realidad. Dichos tenemos de todos los colores, pero no creo que ni el 75% de personas tenga la vida que siempre soñó, pero a pesar de ello, hay cosas que seguro que son mejores que en los sueños. Y cuando envejezcas que vas a preferir, ¿una cara que sonríe, o una que muestra la tristeza que has sufrido?

No me gusta lo que veo a mí alrededor, la vida me ha decepcionado. No hay culpables directos, simplemente la vida ha creado una gran bola de mierda. Con sus guerras, con su maldad, con su hipocresía, con sus mentiras, con su tontería… una gran bola que hace que no quiera creer más en esto. Sin embargo, vida solamente tenemos una, y tiene cosas tan increíbles que no creo que merezca la pena decepcionarse y enfadarse con ella. Así que tienes dos opciones, como cuando uno está borracho y no sabe cómo seguir, o vives triste y te dejas llevar toda tu vida, o la vives a tope, con una sonrisa en la cara y motivación suficiente como para disfrutar de cada segundo.

Los ojos van cerrándose, tras una noche de fiesta, y un rato de pensamientos locos. Probablemente sea lo más feo que he escrito en mi vida, ideas locas y sin sentido escritas por un pobre borracho. Miro hacia mí alrededor, veo una casa vacía.

Mi gran deseo para el final de esta noche, es no tener que abrazarme al edredón para sentir calor. Es poder sentir tu pelo rozándome la cara y molestándome al respirar. Mi gran deseo es sudar y dormir mal porque tu ocupas gran parte de mi cama. MI gran deseo para hoy, es encontrarme todo lo bonito del mundo tumbado al lado de mi cama cuando despierte mañana. Mi deseo para hoy, es volverme loco solamente con tu olor.

En mi vida, los sueños no se hacen realidad, pero prometo utilizar todas mis fuerzas para que las comisuras de mis labios, siempre apunten lo más alto posible.