En esta mesa bien provista no falta el vino ni la amistad. Con luces de vela levanto mi copa y te bebo en sorbos tibios a hoguera. Ríes, Río Desaparezco la espera, del portal a las cigarras, del cantor a la guitarra. Tus claveles en el pelo, y danzas en el vestido, nada por bien te pido más bien doy lo mío. Con gracia en el corazón y la mirada alegre avanza la juerga y la noche decrece. Contentas las almas a fuerza de embriaguez duermen las candelas y amanece otra vez.
Texto agregado el 28-06-2010, y leído por 214 visitantes. (4 votos)