Inicio / Cuenteros Locales / vatel / Mis personajes ajenos
Mis personajes ajenos
Si me lo encontrara yo a usted en el camino
tendría que decirle que la primavera de Avellaneda,
que el otoño de Santomé,
esa tregua
-como usted dice-
es todo verdor.
Le diría que todo es mucho más grave,
que usted no podría imaginar la huella
que su creatividad deja.
Le diría:
qué personajes los suyos, Mario Benedetti,
qué tregua da usted a esos amantes
que se me confunden con la que un día la vida
me concediera.
Le diría que mi tregua fue de primavera a otoño
-y viceversa-
que se me iba un tiempo sin primavera
y que irrumpió en mí Avellaneda.
Si me lo encontrara yo a usted en el camino
no tendría otra alternativa que decirle
que soy esa mezcla de sus personajes masculinos
-un Santomé en edad precoz-,
que tuve una Avellaneda rearmando mi adolescencia,
vistiéndome de su madurez, virtudes y defectos.
Compañero, si me lo encontrara yo a usted en el camino
irremediablemente tendría que confesarle
-que sin yo esperarlo-
dieron una sacudida a mi juventud adormecida,
que me despertaron de un letargo,
que al árbol volvieron a crecerle hojas
y me sentí reverdecido en medio de esa tregua.
Si me lo encontrara yo a usted
tendría que hablarle de errores y mentiras,
decirle que la culpa no es sólo mía
sino de ella,
ave implacable que voló muy lejos
y me dejó frente a mis nostalgias.
Si me lo encontrara yo a usted, compañero,
tendría muchas más evidencias que brindarle:
por ejemplo, que soy Santomé al final de esa tregua
y también otro personaje suyo -Budiño- de regreso al invierno
y con los ojos ya secos.
Y ella,
la Avellaneda de repente perdida
en medio de la niebla que no tuvo primavera.
La Habana, 8.V.80
|
Texto agregado el 01-07-2004, y leído por 231
visitantes. (2 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
03-08-2004 |
|
Bueno, pues aun a riesgo de saturar el espacio destinado a los comentarios, me veo obligado a comentarte una historia. Resulta que el año pasado asistí a un curso de verano de El Escorial (Universidad Complutense de Madrid). En un curso distinto al mío, sobre creación literaria, el último día (viernes), impartía una ponencia el maestro Mario. Como era de esperar, la sala donde impartió su charla-recital quedó por completo rebosada. Al final, las "masas enfervorecidas" solicitaron autógrafos del maestro que, lógicamente, no pudo satisfacer. Cuando regresaba de recoger los diplomas de mi curso con un amigo y compañero de trabajo, nos cruzamos con don Mario en el edificio en el que me había hospedado durante toda la semana. Y mi amigo, que siempre va "en barrena", le dijo: "Ahora sí, maestro Mario, no puede usted a negarse un libro de una amiga que he traído expresamente y que ella me cedió sólo a condición de que usted lo firmara". En fin, providencial. Con recuerdos así, no es nada difícil entusiasmarse con este poema tuyo. Al-Duende |
|
| |
|
|
01-07-2004 |
|
A mi me gustaron las repeticiones le dan fuerzas a las emociones que pretendes transmitir. Buen poema. musquy |
|
| |
|
|
01-07-2004 |
|
creo que esto es muy original, dedicarle poesia a otro poeta y maestro, delirando con sus personajes, haciendolos propios. lo unico quizas que me molesto al leer fue las repeticiones de palabras como tregua, avellaneda. ahora también , pienso en el sentido que esas repeticiones tienen para ti. saludos verin |
|
| |
|
|
|
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|
|